Por Ilka Oliva Corado en Zona Crítica //
No puedo quedarme sin compartir esto con ustedes, mis amores. Una hermosa velada chilena se vivió anoche en Chicago, con el concierto de Illapu y Colombina Parra en una gira por la nación estadounidense en homenaje al amor de mis amores, la Violeta Parra. Una exquisitez del Sur. Vientos de Antofagasta, ventisca de Santiago.
Con una pócima de su rock alternativo la Colombina hechizó a la audiencia. Mujer sencilla, verdadera, natural. Un alma demasiado sublime como para ser comprendida a primera vista. Demasiado elevada que no encaja en los acetatos de artistas populares y “exitosos.” Lo de ella es arte, lo de ella es elixir del corazón. Una expresión profunda y desnuda. Lo de ella es fuego y pasión. Entrega total. Lo esotérico de su talento, embelesa. El erotismo de su sencillez, enamora.
No puedo dejar de pronunciar el increíble parecido que tiene con su padre, el antipoeta don Nicanor Parra, lo mismo que su hermano que también toca en su banda. Sentir tan de cerca la sangre de la gran Violeta, es una experiencia impresionante. Aunque la Colombina brilla con luz propia, la magia que la rodea debido a sus genes Parra, es una fascinación para quienes amamos a su tía y a su padre.
Me fascinó la forma en que interactúa el grupo, aunque ellos se refieren a ellos mismos como sus músicos, en el escenario todos armonizan y crean ese ambiente ilusorio que invita a que el espectador forma parte de él y que también se deje llevar por las ánimas del rock alternativo. Illapu que es profeta en su tierra hizo temblar el suelo del recinto […]
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